DESDE MI CERCADO
No
sé que tanto sea -me pregunto-
el
mundo de los muertos.
De
si hay alma que dure, que trascienda
donde
“Dios da sus voces”.
O,
si tiene un destino equivocado.
Hay
cosas que perviven en las grietas
de
un pedazo de barro;
o,
en el filo mellado de una piedra.
Y,
las hay como astros,
más
antiguas que el sol; y, sin embargo,
la
vida es menos que eso.
Cuánta huella no queda en el oleaje.
Cuánto agravio, equipaje
de
los años, en que todo oscurece
cual
aguas de Aqueronte,
con
embalos de hojas amarillas
y
paladas de tierra.
Y,
si no hubo antes nada de antes,
sino
a partir del caos,
volveremos de nuevo hacia la nada
sin
un detrás ni un antes.
Manuel Martínez Acuña
Junio 29, 2012
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