sábado, 23 de julio de 2011

Las Huestes del Sosiego Digitalizado





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jueves, 21 de julio de 2011

Respuesta a una Glosa de mi sobrino Vinicio Romero Martínez

RESPUESTA A UNA GLOSA DE MI SOBRINO VINICIO ROMERO MARTÍNEZ
GLOSA
MUY BIEN CERNIDA TU GLOSA
AL IGUAL QUE TUS CONSEJOS.
COMO EN LA ESPINA LA ROSA
ANDA MÁS CERCA QUE LEJOS

EPÍLOGO
EL COLOR DE SU ACABADO

El caso de que hayas vuelto
a encontrar la poesía
en viva y franca porfía,
casi ya da por resuelto
que las musas te han devuelto
-por no decir poca cosa-,
los colores que la prosa
no incluye en sus acuarelas,
como aparece entre estelas,
MUY BIEN CERNIDA TU GLOSA.

Pero en cuanto a los errores
y lo que atañe a la métrica,
o al interés de la estética,
no pasa nunca a mayores
excesos, pues son menores
si es el verso de cotejos
libres y sin sobrecejos;
sin convención ni fatiga
ni esdrújula que prosiga
AL IGUAL QUE TUS CONSEJOS.

Conviene advertir de paso
que el furor del modernismo
casi lleva el tremendismo
al arte –pongo por caso-,
lo que desde el primer trazo
desluce por ampulosa,
como si fuera a ser cosa
de cuánto brota en la mente
con audacia impertinente
COMO LA ESPINA EN LA ROSA.

Así pues, caro Vinicio,
no sé bien quién fue el burlado;
pero en cuanto al embrollado
sólo sé que hay un indicio
o mejor, el beneficio
de la duda entre reflejos,
miedos, fríos y consejos,
que a la par de su ironía
y al son de tu poesía,
ANDA MÁS CERCA QUE LEJOS.

EPÍLOGO
Mas, como ocurre a menudo,
todo epílogo recoge
la balumba, lo que arroje
por su cuenta, o ponga nudo.
Así pues, ni un estornudo
tal cual medió en el pasado,
que a mucho cuadro sagrado
se le raspaba sin pena
sobre el vino de la cena,
EL COLOR  DE SU ACABADO.

Manuel Martínez Acuña

HISTORIA DE UN VIOLÍN - Manuel Martínez Acuña


HISTORIA DE UN VIOLÍN

Esa noche el teatro se abarrotó de gente.
Él era Paganini, violinista portento
que sacaba el alegro del propio abatimiento
cada vez que un problema le golpeaba de frente.

Escenario y orquesta; rumoreo de fuente.
Apurada metáfora, se hacía del momento,
de aquel gran espectáculo; de ese acontecimiento
que fue faz del ingenio y epopeya dicente.

Todo llega a su tiempo tras rubores de cielo
Y mudos desafíos, cuando da alcance al suelo
de las dificultades, con tres cuerdas ya rotas.

Mas, unos mágicos dedos, hacen comedia del arte
con un cautivo cordel, largado de la otra parte,
como un juego de naipes sin reyes, copas ni sotas.

Manuel Martínez Acuña

viernes, 15 de julio de 2011

ENDECHAS Y FANTASMAS - Manuel Martínez Acuña

ENDECHAS Y FANTASMAS

Al final de la calle, todo es patio y atajo,
endechas y fantasmas:
Se acabaron las luces, no hay más pórticos,
arcadas ni columnas que señalen
alguna dirección, las aventuras
que la esquina avivaba en la palabra,
en las voces agrarias, los faroles
de aquella voluntad que pretendía
llevar a más lo que pudiera
deshabitar la muerte de misterios,
de divinas comedias;
pues ya alarga sus pasos la mañana
de un crepúsculo calmo, aterronado,
que estanca su tristeza en el arado.
Pero nada sucede en el camino
que no haga un lugar, un empedrado
de nubes en el cielo
que teje noche y día sin mirar,
cuánto copo de hilar cabe en la recua.

Manuel Martínez Acuña

miércoles, 13 de julio de 2011

ANTINOMIAS - Manuel Martínez Acuña

ANTINOMIAS

Ya basta de culpar, tachar al mundo,
tan solo por no haber podido el hombre
trascender en su sed insatisfecha.
De ser una deidad, el prototipo
en que todo se vuelve, se repite,
recrea en su espiral, desde la nada.

Cuando miles de aves, y de flores;
de celestes estrellas que se encienden,
echan de ver lo que hacia arriba mira;
lo que más lleva a un Dios sin formularios,
ni nada preformado por el hombre;
para que ciencia y fe, iglesia y mundo,
puedan entonces arbitrar sus dogmas.

Manuel Martínez Acuña

sábado, 9 de julio de 2011

ARCADAS DE PAPEL - Manuel Martínez Acuña

ARCADAS DE PAPEL

A qué tenemos que temer ahora
después que con su séquito este mundo
agrede los colores de la aurora,
y, apuesta a la inminencia, al fin rotundo,

conque la muerte arrima en un segundo
su despojo, sin cuando ni demora;
pues al hombre lo dan por errabundo,
resultado de un antes; de un otrora.

Fatalidad de levadura lenta
que se llena de sueños a distancia.
Y… la distancia por lejana cuenta.

 Lo que es por fuerza inevitable entonces
preguntarse hasta la redundancia,  
cómo hay arcadas que no embalan bronces.

Manuel Martínez Acuña