GLOSA
Pues nada hay tan placentero
con visos de luna llena,
lo que en lo alto, el lucero
  al bardo inflama su vena. 


A: WILFREDO MORENO


Como la gota en la nube
el género literario
carga consigo un estuario,
de algo que baja y sube;
si lleva un verso que entube
los acordes de un bolero,
y, un escocés reposero
con arpa cuatro y maraca,
que nunca tire a resaca.
Pues nada hay tan placentero.

Con esto salgo a la cita
mi bien querido Wilfredo,
de tus versos, de tu credo,
  como culto que palpita
entre el silencio que grita
el aroma de una pena
y un canto de yerbabuena
de tu alma, pronta al paso
extendido de tu abrazo,
con visos de luna llena.

De las tertulias de playa
que a evocar tiendes a ratos,
cuántos miramientos gratos
no apuntan de tu atalaya,
con amores de rondalla
y ojos de buen cubero,
a modo de ver primero
la señal que en el camino
pone al sendero el destino;
lo que en lo alto el lucero.

Y, así, siguiendo la estrella,
y, el valor de la palabra,
brindemos porque se abra;
retome el verso la huella,
sin más aviso o querella
a decir de la faena,
por esas noches verbena
que sujetan madrugadas;
y, entre cuerdas y baladas
al bardo inflama su vena.
Manuel Martínez Acuña
21/01/12

A: WILFREDO MORENO
DE: ARMANDO MARTÍNEZ NAVA

 I

Sorprendido gratamente

con tus coplas de "whiskero"

nosotros de cuerpo entero

añoramos firmemente

reunirnos nuevamente

con la familia Moreno

por eso seré el primero

en preparar la partida,

una gran familia unida

que lo sepa el mundo entero

  II

No te preocupéis Wilfredo

en cargar con un teclado

Eddie tiene uno plateado

lo suena sin medio dedo

te gustará, eso espero

en tus manos va mejor

te lo afirmo con fervor

porque sé de tus andanzas

perdóname la semblanza

pero lo hago con amor

  III

Yo si espero que esta vez

no se llegue a la vencida

que la esperada reunida

cuaje de una buena vez

estoy seguro que no es

momento para perder

porque Dios ha de querer

que nos veamos nuevamente

que viva en nuestra mente

la promesa de volver

Armando Martínez Nava

Querido Manuel, Ojalá pudiera yo tener el don de Victor Hugo Marquez, de Improvisar Decimando todas las cosas hermosas que fluyen por la mente.
 Al leer el interesante estudio que me envias acerca del Whisky, pensé en los maravillosos momentos de alegría compartida que este genera; y no pude evitar ponerme a recordarlos. Já!! que tiempos !!, me transporté a los Puertos de Altagracia contigo, la tia Olga, y tus muchachos, con Alcidito, pelón, Liliana Toñito y Mis padres. Recordé a Moises, Baita, Gustavo, Hernando, Ana Eugenia, Tito, doña Ana; y Habia tambien una señora delgada que vivia con Doña Ana en Las delicias, pero que su nombre escapa a mi memoria, de ella solo recuerdo, que una vez  cuando iba cruzando el puente sobre el lago; exclamó: estoy nerviosa,  "las tiemblas me piernan".
En fin; No me quedó otra: Tomé un vaso con hielo,  lo vestí de amarillo intenso escocés y arranqué a escribir sin parar, y Ahi te lo dejo. Un abrazo,
                                                                        Wilfredo  

I
Excelente referencia
la que me envias Manuel
tomarlo seco o a  granel
El whisky de preferencia
Me transporta a las vivencias
De los Puertos de Altagracia
Donde mi mente se Espacia
Para ubicar el momento
De verte Ufano, contento
En esas playas de gracia
      II
Dulzura el arpa de Adrián
Armando el cuatro tocaba
Y Alcidito en  voz dejaba
Un canto de Alcaraván
Potra zaina y Alazán
Que elevaban los halagos
hasta esos jóvenes magos
De la ejecución Hermosa
En las parrandas sabrosas
Del otro lado del lago.
         III
Hoy, el sabor de un escocés
Va, y me transporta  a esa era
Atesorando quimeras
De cantos, letras, cuplés
Y Con grata lucidez
Se aferran cual timonel
Girando este Carrusel
que en cada vuelta me grita
Vente y échate otro ahorita !!
Pa' recordar... a Manuel

PD: Lamentablemente se me hace imposible visitarte en el asueto de carnaval, pero  voy a contactar a Armando (le estoy enviando copia de esto), para planificar uno de estos fines de semana largo que se avecinan, el reencuentro con Adrián Pelón y Alcidito, sinembargo mi oferta de caer por alla en cualquier momento, sigue vigente.
Te sigo recordando, creo que voy a hacer caso al  carrusel y me echo otro.

ARTE POÉTICA
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae. Algo pasa volando.
Cuanto mire los ojos creado sea
Y el alma del oyente queda temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra.
El adjetivo cuando no da vida mata.

Estamos en el cielo de los nervios
El músculo cuelga
Como recuerdo en los museos.
Mas no por eso tenemos menos fuerza.
El vigor verdadero reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa ¡Oh poetas!
Hacedla flores en el poema.
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el sol.

El poeta es un pequeño Dios.

Vicente huidobro.

VELADA MUSICAL

Velada donde los Martínez Nava.

 Al amigo Adrián Martínez Nava-

Tarde del 5 de enero

víspera de Reyes Magos,

entre canciones y tragos,

disfrutamos un “pullero”.

Porras era el maraquero.

El arpa la tocó Adrián,

con donaire de sultán

y al buen estilo llanero;

el cuatro sonó Acurero,

quien cantó como un galán.

Y llegó el anochecer

en medio de un apagón,

dándonos el gran “vidón”

en el patio de Manuel.

Fue velada de placer.

Ángel Balza debutó,

también Roberto cantó

sus recordados boleros,

con un coro de jilgueros

que la fiesta amenizó.

Iván Darío Parra.

Enero de 2002.

EL SONIDO DE LA VIDA

EL SONIDO DE LA VIDA
Deja a la luz que inunde todo.
Que luzca y brille igual que la ilusión,
y deja que el alma cante y sueñe,
y, demore el silencio cuando calle.
Abre todas las ventanas, todas,
y verás mejor el mundo afuera.
Diseña y entrelaza los colores.
No desistas. No dejes que ellos mueran.
Colma, acude y deja solo
que el azul yerre contigo.
Que las rosas se hablen y trasciendan
su infinito aroma, su lenguaje.
Deja que los dibujos del pañuelo
cuenten su soledad, amores y congojas,       
y que hallen puerto en la neblina espesa;
donde se yergue el cáliz de la ausencia.
Siembra una frase linda, o un suspiro,
y verás llegar de atrás, a tu cercado,
las cuatro estaciones de Vivaldi,   
con su encuadernación del Universo.
O, barcos que tocan tus orillas
cargados de alboradas voluptuosas.
Y, que a más llevan el libro de la vida 
a glosarse en un jardín de alas.
Y, no dejes por nada
que por poco, calle,
el dulce sonido de la vida.
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Manuel Martínez Acuña
07/01/12