miércoles, 6 de julio de 2011

EL TIEMPO DE WILLIAM BLAKE - Manuel Martínez Acuña

EL TIEMPO DE WILLIAM BLAKE

No hay mucho por creer que el tiempo sea
una dádiva eterna, un don sagrado,
como pensaba Blake de esa marea
infinita de días y pasado.

Hacía ver que todo le era dado
de un modo sustantivo, o de albacea,
desde cuyo supuesto apostolado
debía hacerse pura toda idea.

Desde entonces la noche es más oscura,
y es el tiempo una música arreglada
que, toma el texto de una partitura

oculta de razón, atosigada
de himnos ambrosianos, a la altura
de una gracia divina o revelada.


Manuel Martínez Acuña

Maracaibo 4/8/05

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