EL VUELO DE LA NOCHE
Volvió la noche.
Moja el piélago de azul las estaciones
donde el hombre naufraga,
amasado en el barro.
Frontera de vacíos y de búsquedas,
de viejas artes, conque el mundo oculta
lo que se siente o se sabe,
lo que se finge o se imita,
lo que susurra y silencia.
Y, aunque de paraísos se hable tanto;
o por nobles que sean los maderos
alzados en la Cruz,
no bastará creer en cielos ni en Infiernos.
Pues siempre irá al encuentro
el molde de la tierra; preguntando
si vamos de verdad a alguna parte
a juntarnos con apóstoles o cuervos.
Entre tanto,
pongamos al revés nuestra memoria,
y hagamos ocasión desentendida
de sabios y de doctos,
de gnosis y ortodoxias,
pues todo es cosa vana y presunción.
Es vuelo de la noche.
Manuel Martínez Acuña
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