DIÁLOGO
CON EL SOMBRERO
Asomado a la sima del
barranco
le preguntaba a el ala del sombrero,
si él podía con tan poco alero
sombrear de azul
mis páginas en blanco.
Y, en esta margen, ya en la noche alta,
cuando todo se torna deleznable,
le pedí me dijera lo que falta
por medir de este
mundo indescifrable.
En un día, me dijo, cabe el cuento
del hombre; en un solo arrimar de olas,
o en la estrechura de un párrafo a solas.
Entonces entendí que no hay manera
de evitar del abismo su hendidura,
con su tétrica oriundez, asaz oscura.
Manuel
Martínez Acuña
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