jueves, 26 de mayo de 2011

REMOS MOJADOS -Manuel Martínez Acuña

R E M O S   M O J A D O S

De una calma menuda
gira oscurecido
a poco andar, el aire de la tarde,
echando sobre sí, polvo de reyes,
de esas glorias ungüentos y tisanas
que guiñan el ojo de las fosas.
Por instantes, así vuelve el silencio,
atadas, misteriosas y sombrías, las palabras,
transportando la noche,
¡Donde todos los climas se sumergen!
No querías para mí este bochorno
que demanda el estío.
Pero una vocación de grey pagana
fija la renta del inmueble humano.
Hacías para ti de mí un monarca
en esas asambleas de los muertos.
Cuando aquí, afuera, es cierto,
la ciudad se quebranta de lisonjas,
come el pan de sus trojes,
destrenza sus cabellos,
y, en el puerto una estrella atraviesa
otro espacio,
sin mañana ni tarde,
dos fuerzas se miden y se pesan
sin tregua, sobre el hombre.
Vuelve a traer ahora, no más tarde,
lo que lloran los muertos.
Quédate así, posada tu mejilla.
Vengan los himnos de todas las aves,
de albas antiguas, de remos mojados.
¡Bogando el azul!

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